“Cuando muere una persona a la que has amado,
en lugar de pensar en la desgracia de haberla perdido,
piensa en la suerte de haberla conocido”
L. D’Arigo

 

  • Si hay amor, hay duelo (Arango, 2017).
  • Un duelo es un proceso que se lleva a cabo después de una pérdida.
  • Las dos formas de sufrimiento por pérdida so:
    • La pérdida representada por el luto, como la muerte de la pareja, de un amigo, de alguno de los padres, de un hijo → en este caso la desaparición del otro es inaceptable e insustituible. Sin embargo, es un proceso que todos los seres humanos tienen que enfrentar y al que están predispuestos por naturaleza (Nardone & Selekman, 2015).
    • La pérdida de la persona amada por abandono o rechazo → La pérdida se basa en el rechazo por parte de otro, que en la mayoría de los casos, ha establecido una relación con otra persona. En este caso, la pérdida desencadena reacciones ambivalentes, como el deseo de volver a estar con la otra persona, la rabia por el rechazo del otro y por saber que está con otra persona, el dolor por no poder estar con el ser amado, la tristeza por haber perdido un presente y un futuro con la pareja, entre otros.
  • Sin embargo, pérdida no es sinónimo únicamente de la muerte de otro o por perder una relación de pareja. La sensación de pérdida también se puede generar por:
    • La infidelidad: conlleva un proceso de duelo en el que ambas partes tienen que empezar a reconstruir una relación desde otra perspectiva pues una infidelidad es un quiebre entre lo que las personas pensaban que era su relación y lo que pasa a ser.
    • La pérdida de una amistad
    • La pérdida de un trabajo
    • Cambiar de ciudad o de país de residencia
    • La pérdida de un estilo de vida después de tener un hijo
    • El proceso de crecimiento: en la adolescencia, los jóvenes ‘adolecen’ porque empiezan a darse cuenta que el mundo –empezando por sus padres- no era como pensaban. Esto genera dolor y sufrimiento, de nuevo, habiendo un antes (niñez) y un después (adultez)
  • Olvidar a propósito es imposible por lo que para poder superar una pérdida, es necesario llevar a cabo el proceso de duelo. Esto significa darle un curso al dolor sin pretender cancelarlo para poder sanar la herida y seguir viviendo en el presente habiendo archivado el dolor en el pasado.