La utilidad de los espejos

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Espejo: lámina de vidrio recubierta por la parte posterior de una capa metálica, que forma imagen de los objetos por reflexión de los rayos luminosos. Modelo[1].

Evidentemente no es necesaria la definición para saber qué es un espejo y qué es lo que hace. Más aun teniendo en cuenta que hoy en día no sólo se utiliza en los baños de los hogares, sino que se ha vuelto un elemento decorativo que se encuentra colgado en espacios comunes, en ascensores, salas de espera, en las porterías de los grandes edificios de oficinas, en hoteles, entre otros. Las personas que saben de decoración y diseño consideran que utilizarlos en esos espacios genera una sensación de amplitud, motivo por el cual es cada vez más común el uso de espejos diferentes sitios.

Observar a las personas cuando están en un lugar en el que hay espejos es maravilloso. Quien pasa frente a un espejo se mira de todos los ángulos posibles, se arregla la corbata, se cierra el saco, se maquilla, se coge el pelo de diferentes maneras, etc. Desde un punto de vista estético, físico, todas las personas saben usar el espejo. Sin embargo, son pocas las personas que saben utilizar los espejos más allá de la apariencia física; son pocos los que tienen la valentía de mirarse a sí mismos y ser capaces de ver sus propias debilidades y también sus propias fortalezas y los que antes de criticar los defectos de los demás, pueden empezar a trabajar por mejorar los propios.

“Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio”, dice el dicho popular. Criticar a los demás, sobre lo que no hicieron, lo que debieron haber hecho diferente, lo que no está bien, es una tarea fácil. Tanto que para algunas personas es incluso algo placentero. “Pocas cosas me parecen más relajantes que sentarme a rajar del mundo entero”, me decía una persona hace un tiempo. Pero en realidad no hay necesidad de decirlo tan de frente para darse cuenta que con frecuencia en una reunión social, el tema principal es criticar. ¿Criticar qué? Todo: la apariencia física de otros, si se han engordado o adelgazado, lo bien o mal que quedaron después de una cirugía, lo buenos o malos trabajadores que son otros, lo inteligentes o no inteligentes que son las demás personas, la buena o mala labor que hacen en sus respectivos campos de trabajo; etc. Todo es una disculpa para criticar, para ver lo que no está bien hecho, lo que faltó.

Hace pocas semanas se casó una persona muy cercana pero me fue imposible asistir a su matrimonio. De manera que después de la fiesta hablé con varias amigas que habían estado para que me contaran detalles del evento; de alguna manera era una forma de estar ahí. Sin embargo, después de hablar con varias personas me sorprendió que la gran mayoría –no todas-, tenían algún comentario negativo: la comida estaba fría, la carne no estaba buena, la pista de baile era demasiado grande entonces no fue fácil integrarse, los vestidos de las mujeres que asistieron no estaban bonitos, la música no fue tan buena, etc. Finalmente una de las personas con las que hablé me dijo que había sido maravilloso, que se veía el esfuerzo y la dedicación de las personas en todos los detalles de la fiesta; que la música había estado maravillosa y que la novia estaba físicamente muy bonita y sobre todo, “irradiaba felicidad”. Fue ahí, en contraposición a todos los comentarios previos que había oído, que caí en cuenta de lo fácil que es criticar. De lo automátivo que es para todas las personas criticar a los demás sin mirarse en el mismo espejo para verse a sí mismos y empezar por cambiar antes de querer que cambie el resto. No en vano Gandhi decía: si quieres cambiar el mundo, empieza por cambiar tú primero.

Después de haber tenido esas conversaciones respecto al matrimonio de un amigo y de darme cuenta que sólo una de las personas con las que hablé tuvo la capacidad de ver lo bueno y lo positivo dejando de lado las críticas, me vi en el espejo: muchas veces soy yo la que se sienta a criticar a los demás, a ver lo que falta, los defectos, lo negativo y eso me impide ver lo maravilloso que tienen las personas, así como lo positivo de todas las situaciones que voy viviendo. He podido ver que muchas de las cosas que critico en otras personas son defectos que yo también tengo y de los cuales no tengo por qué avergonzarme. Lo importante es que sea capaz de trabajarlos para irlos mejorando y una forma de empezar ese trabajo es empezar por dejar a criticar a los demás.

Es una tarea exigente porque la primera tendencia de las personas al reunirse es criticar. Tanto que a veces si no se critica, no hay mucho que decir. Una manera de empezar a disminuir las críticas es observarse y observar a los demás durante esas conversaciones de tal manera que cada persona empieza a verse a sí misma -y a través de los demás- al momento de criticar. Dándose cuenta que la mayoría de las críticas que se dicen son destructivas y contrario a aportarle a otros, acaban por destruir a otras personas. Entonces es posible disminuirlas o mejor aún, buscar otros temas de conversación por los cuales pueden ser remplazadas: las vacaciones, los planes a futuro, relatos de historias de la vida de cada persona que a veces son dolorosas y a veces divertidas, pero independientemente de eso, pueden ser un punto de encuentro, punto de encuentro que deja de ser la crítica.


[1] Diccionario VOX esencial de la lengua española. Biblograf S.A. Barcelona

 

Ximena Sanz de Santamaria C.
Psicóloga – Psicoterapeuta Estratégica
ximena@breveterapia.com
www.breveterapia.com

Artículo publicado en Semana.com el 17 de enero de 2012

2 comentarios
  1. Trina
    Trina Dice:

    Buenas….Gracias, me encantan sus palabras, son tan comprensibles, ayudan a reflexionar de inmediato en cada situación, he leído tres de sus artículos hasta aqui y me sorprende no leer ningún comentario de otra persona, a este tan interesante, y como uno de los más fundamentales para empezar con nuestro trabajo interior, autocriticarnos, para mejorar como personas…. será que no somos capaces.???Gracias… Dios le bendiga!!!

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  2. Rosana
    Rosana Dice:

    Hola! Recién descubrí esta página, me ha encantado y he encontrado muchas respuestas importantes, es excelente este artículo, la crítica hace daño a los demás, pero a nosotras mismas aún más, quienes somos críticas limitamos la comunicación con personas que pueden ser las más importantes en nuestra vida, comienzan a cuidarse al hablar, perdiendo la confianza y poco a poco se puede terminar rompiendo la conexión. Pareciera que estuviera magnificando la gravedad de la crítica, reflexionemos y allí podremos llegar con claridad a esta conclusión.

    Responder

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