Despertar en Conciencia
“No hay nada más misterioso
que aquello que desconocemos
de nosotros mismos”.
Mataji Shaktiananda.
Daniel[1] llegó a consulta por una crisis de ansiedad y pánico que, como él mismo la definió, “se me salió de las manos”. Desde antes de presentar la crisis, reconoce que tenía momentos de ansiedad, de una profunda incomodidad consigo mismo que buscaba evitar a toda costa a través del consumo de alcohol y marihuana, teniendo relaciones sexuales sin responsabilidad y siéndole infiel a su pareja, saliendo con los amigos a fiestas de viernes a lunes sin recordar qué hacía ni dónde estaba cada día: “Ahora que lo pienso, era tan fuerte la ansiedad que empataba una fiesta con otra para no tener que pensar. Para vivir en la absoluta inconsciencia”. Y como ocurre con cualquier cosa que evitamos por miedo, no sólo no se resuelve, sino que además aumenta y empeora hasta que llegamos a construir una crisis, que en el caso de Daniel, llegó al punto de pensar en el suicidio.
Hasta hoy, el proceso de Daniel ha sido difícil, duro, porque la ansiedad aun aparece. Y aparece sin avisar, simplemente llega de un momento a otro sin que él pueda identificar alguna señal que le ayude a prepararse para saber cómo enfrentarla. De manera que su primera sensación nuevamente es ‘salir corriendo’ a refugiarse en alguna Sustancia Psico Activa, en el sexo desenfrenado o simplemente en salir de su casa buscando distraerse y que desaparezca ese hueco en la boca del estómago que en ocasiones le dificulta respirar. Y es en ese momento que no sólo siente que le podría dar un ataque de pánico, sino que su sensación más honda es que quiere morirse.
La diferencia entre lo que le ocurre ahora y lo que le ocurría hace unos meses es que, aunque aun le cuesta un enorme trabajo “aguantarse” la ansiedad y no huir de ella, ha empezado a enfrentarla y con esto, a enfrentarse a si mismo. Y como nos pasa a todos, des-cubrir y destapar la oscuridad que tenemos dentro es un trabajo que asusta porque duele. Por lo mismo, la tendencia es a huir de nosotros mismos. Además, el mundo externo no es el que fomenta ni nos lleva a mirar hacia adentro y a escarbar, sino todo lo contrario porque a quien se admira y venera es justamente a ese “primer Daniel”, como él mismo se llama a si mismo. A esa persona que sale, que siempre tiene fotos e historias para montar en todas las redes sociales, ese de quien hablan las mujeres porque “es un buen polvo” y de quien hablan los hombres porque con todas se acuesta; ese que tiene el ‘aguante’ para irse de fiesta fines de semana e incluso semanas enteras logrando llegar a trabajar todos los lunes para producir enormes cantidades de dinero y poderse dar la vida “que todo el mundo sueña”. Entonces cómo esa persona va a ‘atreverse’ a DES-cubrir toda la oscuridad que contiene para enfrentarla y finalmente empezar a sanarla?
A continuación transcribo lo que llevó Daniel a la última consulta. Lo escribió mientras atravesaba una crisis de ansiedad que si bien recuerda como uno de los momentos más difíciles de su vida, no deja de ver que fue gracias a esta crisis que finalmente empezó a entender lo que él mismo denominó, ‘despertar en conciencia’. Es decir, ser capaz de enfrentar su propia oscuridad hasta poder sacarla a la luz y así, irla disipando.
Entiendo el alcohol y las borracheras.
Entiendo la infidelidad.
Entiendo el suicidio.
Entiendo lo duro del camino espiritual profundo y por lo mismo, entiendo que tan poca gente lo asuma de manera consciente porque sin duda es más fácil, sobre todo cuando se está como estoy en este momento, correr a consumir algo, a perder la conciencia justamente para no tener nunca que despertar en ella.
Siento que no voy a ser capaz de salir de aquí y quisiera detenerme, dejar este sufrimiento y este infierno para ir a meterme alguna cosa. Pero quiero ser capaz de aguantar porque tantas veces he hecho lo mismo y tantas veces he fracasado que tal vez esta es la oportunidad que estaba esperando para conocerme y finalmente reconocer lo que verdaderamente tengo adentro.
Llevo horas combatiendo esta ansiedad, tratando de seguir con mi vida como si no la sintiera, pero no se va. Aquí está, pegada a mi y por más de que intento quitarla, ella persiste. Así que empiezo a entender que soy yo el que tiene que persistir con más fuerza para vencerla y salir de este abismo. Aun mientras escribo, siento esta sensación insoportable de querer arrancarme la piel; me está costando trabajo respirar, empiezo a sentir que el corazón se acelera y que puedo llegar al pánico. Y no quiero, pero tengo que aguantar. Lo hemos hablado con Ximena: la única manera de salir del miedo es enfrentarlo, pero nunca pensé que fuera a ser tan difícil. Esto no se quita, no pasa, escribo y escribo y no sólo sigue sino que además siento que es aun peor.
Entiendo el pensamiento que lleva a una persona a, en un determinado momento, tomar la decisión de quitarse la vida. Y lo entiendo porque ese pensamiento se me ha atravesado varias veces, porque al no lograr quitarme esta sensación que no me deja vivir en paz, quisiera poder desconectar mi cabeza para siempre. Pero una vez más, recuerdo que esto tampoco me estaría solucionando nada así que intento aguantar. Me agoto, me agoto.
Es en este instante podría llamar a alguna de las niñitas de turno, invitarla con algún cuento y llevármela para un hotel o incluso que llegue a mi casa para comérmela y listo. Eso me calmaría la ansiedad del momento, pero de fondo no resolvería nada.
Ahora entiendo lo difícil que es despertar en Conciencia, dejar de estar dormido en este mundo capitalista materialista para entrar en lo más profundo de mi y así empezar a tener una Conciencia que muy poca gente tiene. Despertar en conciencia tiene unas consecuencias y unas implicaciones de responsabilidad que a veces dan miedo porque es más fácil culpar a un Dios externo de todo lo que nos ocurre en vez de comprender y aceptar que nosotros somos los que creamos todo lo que tarde o temprano, vamos viviendo. Es justamente lo que ahora tengo que enfrentar: que esto que vivo, esta ansiedad que siento, este desasosiego que no me deja descansar, es producto de mis acciones, de mis decisiones y por lo mismo, soy el único responsable. Luego si hasta este momento el único responsable de lo que estoy viviendo soy yo, también soy yo el único que puedo salir de este hueco.
Empiezo a sentir algo de alivio, por fin. La ansiedad en algo va cediendo, va pasando, voy siendo capaz de vencerla para no ahogarme en ella. Algo está funcionando, creo que algo de fondo realmente va cambiando…y finalmente el alivio que voy sintiendo es producto de mi esfuerzo consciente y no de una evación inconsciente. Algo empieza, aunque muy en el fondo, a sentirse bien.
“Iluminarse es fácil…cuando eres capaz de aclarar toda tu oscuridad”, dice Mataji Shaktiananda, un gurú iluminado que logró despertar en Conciencia a fuerza de hacer el único trabajo realmente importante: el trabajo en uno mismo. Y eso lo hemos empezado a hablar y a explorar con Daniel a raíz del episodio que tuvo que atravesar y que por primera vez decidió hacerlo desde la conciencia y no desde la inconsciencia.
Gracias a ese primer paso consciente, Daniel ha ido perdiendo el miedo a estar solo y poco a poco ha construido espacios para quedarse en su casa sin compañía: sin celular ni televisión ni radio, sin amigos, ni novias, amantes o sustancias que le llenen el vacío que él mismo ha creado a fuerza de evadirse. La ansiedad vuelve, de hecho, siempre está latente. Pero en la medida que él ha ido enfrentándola y usando la escritura como ‘arma’ para su propio auto conocimiento, también ha ido logrando liberarse de la creencia que durante tantos años construyó según la cual la única manera de sentirse tranquilo y en paz consigo mismo era estando distraído.
El proceso ha sido y sigue siendo duro, como lo es para cualquier persona que en algún momento decide alejarse por momentos del “ruido del mundo” para encontrarse en un silencio desconocido, en una incertidumbre de no saber qué va a salir de nuestra más profunda oscuridad. Pero como bien dice este Gurú, “no hay nada más misterioso que aquello que desconocemos de nosotros mismos” y la única manera de empezar a DES-cubrirlo es a través de un conocimiento profundo que sólo se da en el contacto de cada persona consigo misma. De una desconexión con lo externo para finalmente empezar a conectar con el lugar donde están todas las respuestas: la conexión propia e interna.
Ximena Sanz de Santamaria C.
Psicóloga – Psicoterapeuta
MA en Terapia Breve Estratégica.
Twitter: @menasanzdesanta
Instagram: @breveterapia
[1] Nombre ficticio para proteger la identidad del consultante
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