Maravilloso artículo sobre el daño que está haciendo la necesidad de ‘contarlo todo’. Nos genera una dependencia y una sensación de que solamente somos válidos y existimos si le estamos mostrando al mundo los que hacemos, lo que nos pasa, lo que vivimos. Sin darnos cuenta, esa necesidad nos va haciendo dependientes de lo que los demás piensen, opinen, “likeen” y empezamos así a delegar nuestra tranquilidad en la opinión de los otros.
No Contarlo
Juan Esteban Costaín
Hoy todo el mundo lo cuenta todo y a toda hora, documentándolo además de una manera minuciosa, desvergonzada y obsesiva, con los recursos que la tecnología pone en nuestras manos para ese fin.
Es famosísima la anécdota de la primera noche de amor entre Ava Gardner y Luis Miguel Dominguín en 1953, cuando ella todavía estaba casada con Frank Sinatra. Quizás sea falsa esa anécdota, casi todas lo son: o más que falsas, historias exageradas y mudables que circulan de boca en boca como una moneda a la que van tiñendo la ficción y los rumores, la certeza de los que nunca estuvimos allí.
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